sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuento Viejo

Hace poco menos de un mes que nos habíamos visto por ultima vez. Ninguno de los dos había buscado al otro.

Yo iba paseando a mi perro y tu estabas con tus amigos en la entrada del edificio donde vivimos. Me viste y te separaste del grupo para ir a mi encuentro. Creí que me saludarías con tus típicos juegos de mano bajo la luz de las farolas de la entrada y que yo como siempre no acertaría a devolverte el saludo, pero no, esta vez me abrazaste, me estrechaste junto a ti y me sentí en una nube de paz y felicidad, como era siempre que estaba junto a ti.

Cuando nos separamos me confesaste que habías pensado en mi, en mi interior saltaba de alegría; me habías extrañado. Me echaste en cara el no haberte buscado y yo te refute que tampoco lo habías hecho. Hablamos de tantas cosas mientras paseábamos a mi perro, tu con tu brazo sobre mis hombros y el mio en tu cintura.

Era hora de que volviera a casa, me acompañaste el corto tramo de vuelta y nos despedimos con una beso en la mejilla y un nos vemos pronto de tu parte. El resto del trayecto y aun escribiendo esto no he conseguido tranquilizar a mi alocado corazón, que se resiste a dejarme en paz.

Se que te quiero, no recuerdo desde cuando. Por ahora solo somos amigos, quizás algún día ya no, puede ser porque nuestros caminos se separen, o tal ves porque tu abras los ojos y me veas como yo te veo a ti. Pero por ahora, solo como amigos. soy mas que feliz.


No hay comentarios: